Meditar con la llama de una vela

      Meditación significa concentración y lo más importante de ella es en qué te concentrás. Si te concentrás en la pila de cosas que tenés para hacer o en la discusión que acabás de tener con tu jefe o empleado, estarás cada vez más tenso. Si en cambio te concentrás en una puesta de sol, o en las bellas plantas de tu jardín o de un parque, la tranquilidad de la escena natural te transmitirá paz. Pero no siempre estamos en un entorno tranquilo y la mayor parte del tiempo estamos concentrados en pensamientos y emociones que van y que vienen, determinados por las circunstancias cambiantes, las relaciones familiares, los éxitos o fracasos laborales, nuestra situación económica, nuestra salud, etc, etc…La buena noticia es que en el interior de todos nosotros existe un lugar de silencio y paz, un lugar estable que no se ve afectado por los factores temporales que están en un continuo vaivén. Sólo necesitamos algún instrumento que nos ayude a alcanzar ese lugar, a fijar la atención en él. Hay muchas formas de meditar: contando nuestras respiraciones, cantando mantras, concentrándonos en el aprendizaje de alguna discipina, practicando tai chi o haciendo asanas de yoga, por ejemplo. Y si te gustaría profundizar su aprendizaje, podés encontrar un maestro que te guíe.
Hoy te invito a hacer una  práctica de meditación muy simple y efectiva, con la llama de una vela. Necesitás diez o quince minutos, una silla, una vela y algo para encenderla, y se hace así:
1.      Encendé la vela y colocala sobre la mesa, a cierta distancia de donde te vas a sentar.
2.      Sentate cómodamente, con la columna vertebral recta, apoyá las manos sobre las piernas con las palmas hacia arriba. Tomá tres inspiraciones profundas y luego seguí respirando lenta y tranquilamente. No fuerces la respiración, solo limitate a tomar conciencia de cómo la caja torácica sube y baja con suavidad.
3.      Observá la llama de la vela y poné tu atención en ella mientras seguís escuchando tu respiración. Si notás que aparecen pensamientos  que te distraen, no luches con ellos, dejalos que vayan y vengan sin dejar de concentrarte en la llama.
4.      Cuando hayas logrado mantener tu atención fija en la llama durante unos minutos sin interrupciones, cerrá los ojos y en tu interior verás la imagen de la vela. Seguí concentrado en ella hasta que desaparezca. Si lo necesitás, abrí los ojos y repetí todo el proceso.

¿Qué te pareció el ejercicio? ¿Qué te parece la idea de aprender Estrategias para Manejar el Estrés y la Ansiedad? Podés aprenderlas en forma individual o en pareja o padres e hijos,  y también in-company en español, portugués e inglés. ¡Consultame!
¡Por tu bienestar!


Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el 8/6/13.

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